El Potencial Productivo del Ecosocialismo

 Por Josué Alejandro Lorca Vega

 

Nuestra Patria está enrumbada hacia el crecimiento económico, hemos logrado evadir las más de 500 medidas unilaterales coercitivas impuestas por el imperialismo. Es interesante lo que ha pasado en países, que al igual que nosotros, han sufrido tal arremetida al margen del derecho internacional, pero el resultado ha sido un fortalecimiento de sus capacidades productivas y el desarrollo del talento local.

Cada nación presenta particulares potencialidades, según sus recursos, su industria y su necesidad de desarrollo según el contexto geoestratégico en el que se desempeñan. Así, vemos por ejemplo Irán, que viendo amenazada su industria petrolera y su integridad nacional, desarrolló su industria naval y armamentística. Cuba desarrolló su industria biotecnológica, al punto que es uno de los países referentes mundial en este ámbito. Podemos nombrar los conocidos casos de Rusia y China, pero todos y todas sabemos el lugar que ocupan como potencias mundiales.

No sólo el interés geoestratégico es un motor de potencial desarrollo, también lo son las áreas de desarrollo emergentes de la situación crítica en la que se encuentra el planeta. El cambio climático específicamente es una de ellas. Precisamente la adaptación al cambio climático, plantea la necesidad de desarrollo de nuevas tecnologías que permitan mitigar sus efectos e incrementar la resiliencia de los pueblos.

La Revolución Bolivariana tiene mucho que dar en este contexto, por sus valores y características, al impulsar un proyecto integracionista latinoamericano, un orden mundial multipolar, el diálogo directo de los pueblos y la forja del buen vivir cómo expresión de buen gobierno. Un andamiaje excepcional para construir políticas de desarrollo direccionadas a la mitigación de los efectos del cambio climático y al incremento de las capacidades resilientes de los pueblos.

El Ecosocialismo es la propuesta de Venezuela para el mundo. Un sistema político y económico para el desarrollo pleno de la democracia participativa y protagónica, la tecnología respetuosa de la vida y una economía no depredadora que de paso a una era de máxima felicidad posible.

Hay mucho que hacer, pero ya se está haciendo. La investigación científica tiene un rol fundamental en todo esto, y la filosofía de base del Ecosocialismo nos invita a salir de los claustros académicos y encontrarnos con los poderes creadores de los pueblos. Hay un sin fin de investigadores populares y académicos desarrollando propuestas en infinidades de campos de interés para la adaptación al cambio climático. En Venezuela hay investigadores desarrollando sistemas de energías alternativas, que investigan en paneles solares, técnicas para aumentar las capacidades de fijación del CO2 en los suelos, sistemas de recolección de CO2 y su aprovechamiento industrial. Del lado de la resiliencia, hay quienes desarrollan nuevos materiales de construcción, arquitecturas naturales antisísmicas, y en particular, quienes sistematizan las formas de organización política popular, que, en estos años de guerra económica, han derrotado las pretensiones imperiales de propiciar un cambio de gobierno en nuestro país.

Hay un caldo de cultivo para el desarrollo sustentable y sostenible, necesitamos individuar vías para escalar las ideas hacia la producción industrial, para impulsar ese potencial productivo latente que puede sustancialmente contribuir con la humanidad en sus luchas para salvar el planeta.

Desde el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, estamos organizando el Primer Congreso Nacional de Investigadores e Investigadoras Contra el Cambio Climático, algo que desde ya me emociona mucho, porque se del talento que hay en todos los Estados y estoy seguro que el evento arrojará líneas de investigación que apuntaran al fortalecimiento de una industria nacional innovadora y comprometida con la Madre Tierra.

¡Sigamos avanzando con el exhorto a la productividad que nos ha hecho nuestro Presidente Nicolás Maduro, Juntos todo es posible, ¡venceremos!