La trampa del cambio climático. Parte II "Descarbonificación"

 Por Josué Alejandro Lorca

 Con este artículo damos continuidad al tema de “La trampa del Cambio Climático”, que iniciamos hace dos semanas. El objetivo que me he propuesto esdar algunos elementos para desnudar la narrativa hegemónica sobre el tema y que entre líneas esconde la incapacidad del capitalismo para dar respuestas concretas a las crisis que ha venido creando en más de dos siglos.

Detrás de la narrativa ambientalista neoliberal, están las élites corporativas globales, induciendo un discurso reformista de un sistema mundo agotado, que pretende distribuir la culpa de la crisis climática a toda la humanidad, cuando la codicia de pocos es la inocultable causa principal de la crisis.

Es ya una costumbre el hecho de que comparten la responsabilidad más no los beneficios, lo vemos en las crisis financieras neoliberales, que pregonan la no intervención de los Estados en la Economía, pero cuando su sistema financiero insostenible entra en crisis, recurren a los gobiernos para salvar a los bancos, distribuyendo el peso de sus deudas en toda la población.

El Neoliberalismo a través de sus estados y corporaciones apelan al humanismo y a la conciencia. El “hombre verde” es una síntesis maliciosa de un “nosotros” que interviene en la naturaleza al que se le solicita actuar para revertir la situación sin tener la más mínima posibilidad de revertir el problema, se le instrumentaliza en nombre del voluntarismo y la buena fe.

La realidad es que 100 empresas son las causantes de la debacle ambiental, responsables del 70% de la acumulación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, las mismas que se han enriquecido por décadas acumulando con codicia extrema, desapareciendo ecosistemas y pueblos para apoderarse de los recursos presentes en sus territorios ancestrales.

El colmo de la hipocresía ha llegado con la supuesta transición a una matriz energética menos agresiva con la Madre Tierra, a la que los grande países han tomado como bandera y llaman la “Descarbonificación”, una posición que parece radical, pero que ha demostrado su inviabilidad en el corto plazo.

Los países emergentes que luchan por alcanzar un nivel de bienestar digno para sus pueblos, que están conduciendo una fase de desarrollo importante, se encuentran ahora con la situación de que deben descarbonificar sus economías, muchos de ellos con importantes reservas propias de carbón e hidrocarburos útiles para apalancar sus planes.

La descarbonificación se convirtió en una herramienta más para prevenir el crecimiento de países que se van configurando en el Nuevo Orden Mundial, antagónico al mundo unipolar basado en el dominio anglosajón.

A esto surge la pregunta espontánea: ¿La descarbonificación no es viable para resolver los problemas de la Crisis Climática? Si lo es, pero debe ser implementada con criterios, aunque, para el nivel tecnológico que hemos alcanzado hoy, es inviable una descarbonificación total de la economía, quizás en los próximos años con los avances tecnológicos adecuados podamos sustituir el carbón y los hidrocarburos en su totalidad.

Un ejemplo de esto es el fracasado proyecto de descarbonificación de la Unión Europea, puesto en evidencia por la crisis de Europa Oriental y las sanciones impuestas a la Federación Rusa, principal proveedor de gas de Europa. El efecto bumerán de las sanciones, provocó que se activara la minería industrial de carbón y la reactivación de las plantas termoeléctricas de carbón, en un momento tan crítico de la Crisis Climática.

El criterio de negocio, que prevalece en los proyectos emprendidos por la UE, ha generado todo un corolario de oportunidades especulativas con las energías alternativas. Al prevalecer la lógica de la acumulación, se pierde de vista la emergencia en la que estamos y se procede lentamente en dar las soluciones adecuadas.

Los esfuerzos en detener el Calentamiento Global, en una primera fase, deben ser canalizados a la disminución de las emisiones y a la captura del CO₂ ya acumulado en la atmósfera. Con una óptica de responsabilidad y reparo por los daños causados, no con la óptica de negocios y oportunidad típica del capitalismo.

Es una operación muy costosa, sin embargo, no es comparable con los beneficios de la acumulación por desposesión que actuaron por más de 500 años, a expensas de los pueblos del mundo.

Es interesante pasearse por las estadísticas de Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), para encontrar como se ha desperdiciado tiempo precioso para actuar concretamente en las soluciones viables. Esta Agencia plantea un hito de descarbonificación “Net Zero Carbon Emissions 2050”, pero al revisar sus datos respecto a los avances en materia de Innovación en Tecnologías Energéticas Limpias y en los escenarios proyectados, vemos como los objetivos son inalcanzables al estado actual de las implementaciones.

En la República Bolivariana de Venezuela la matriz energética es prevalentemente hidroeléctrica (78%), informe presentado por Venezuela en 2021 como actualización de las NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas), sin embargo, esto no nos exime de contribuir en la lucha contra el calentamiento global. Sin demonizar los combustibles fósiles, podemos avanzar en la investigación para mejorar su uso y reducir su impacto en la atmósfera, al mismo tiempo, que incrementamos y protegemos los sumideros de carbono que son nuestros amplios bosques tropicales.

La descarbonificación total no es viable hoy día, lo que si es viable y una urgencia es un cambio de sistema, puesto que el capitalismo actúa en beneficio de minorías a expensas de las mayorías. El Ecosocialismo es su principal antagonista, revirtiendo sus bases, promoviendo la armonía en nuestra relación con la Madre Tierra, al mismo tiempo que se plantea un modelo productivo circular, que se asemeja más a los ciclos naturales, contrapuesto a la linealidad del ciclo acumulación – desechos que caracteriza al capitalismo.

La actuación que se espera de las potencias occidentales, las mismas que impusieron el modelo hegemónico ecocida, no es de responsabilidad compartida, deben actuar con responsabilidad diferenciada. Quienes se han beneficiado por siglos de la explotación de los recursos deben reparar y transferir capitales y tecnologías limpias a los países históricamente explotados. Esa es la única vía plausible, para enfrentar la Crisis Climática Global.

Referencias y Consultas:

Actualización de las Contribuciones Nacionalmente determinadas (NDC) Venezuela, 2021


Agencia Internacional para la Energía, Reportes Estadísticos:

Innovación en Tecnologías Energéticas Límpias:

https://www.iea.org/reports/clean-energy-technology-innovation

Contexto Global Energético y Proyecciones:

https://www.iea.org/data-and-statistics/data-product/world-energy-outlook-2021-free-dataset#tables-for-scenario-projections

 

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